lunes, 10 de noviembre de 2014

BIOGRAFÍA. 02. LUISA SIGEA FUE UNA "DOCTA PUELLA" de la primera mitad del siglo XVI.

La taranconera Luisa Sigea de Velasco fue una mujer que atrajo muchos epítetos laudatorios, tanto a lo largo de su vida como posteriormente, en los cenáculos humanísticos de las diversas cortes europeas.

§ EPÍTETOS ADMIRATIVOS HACIA LUISA.

En efecto, Luisa Sigea de Velasco tuvo reputación desde su juventud de «políglota» (“Sygaea est, virgo admirabilis,… linguarum quinque perita”, dice Resende) y «docta doncella en las bellas artes», y, aunque alcanzó notoriedad en el círculo de la élite humanista de su época, ha sido siempre sintetizada en los anales de la literatura por breves reseñas del tipo la «Minerva española» 1 , la «Calíope lusitana» 2 o «la décima Musa» 3 , adjetivaciones que nos ilustran sobre sus cualidades pero que no entran en más detalles y consideraciones sobre su breve obra, antes al contrario, se han convertido en clichés estereotipados citados reiteradamente por la crítica a lo largo de los años. 4

§ EDUCACIÓN HUMANISTA EN LA CORTE RENACENTISTA DE LOS REYES CATÓLICOS.

Con Luisa, por tanto, nos ha sucedido lo que con tantas otras mujeres sabias 5 , esto es, que se ha sumado a la larga lista de mujeres latinistas (“puellae doctae”) que florecieron con el empuje y patrocinio de la reina Isabel la Católica 6 y a lo largo del siglo XVI y XVII, y nada más. 7 Y es que hay que destacar que es a raíz de la determinación tardía de aprender latín de la reina Isabel la Católica, y a su obsesión por elevar el ambiente del saber en la corte, apoyando el establecimiento en la misma de destacados humanistas, que tanto en España como en Portugal las infantas y sus damas del entorno palaciego empiecen a conocer y aprender estas lenguas. En palabras de Lucio Marineo Sículo:

«... En España, el Rey D. Femando y la Reina Dª. Isabel fueron causa, con su liberalidad, que los buenos ingenios se exercitasen en letras, y especialmente la Reina..., la cual... proveyó de preceptores y maestros a todos los de su palacio, así doncellas como pajes, porque todos aprendiesen».
Entre los humanistas varones más celebrados, que colaboraron arduamente en esta labor, suelen citarse:

Elio Antonio de Nebrija (1441-1522), compositor, entre otras obras, de la "Gramática Castellana" (1492), del "Diccionario latino-español" (1492) y el "Vocabulario español-latino" (1494).

Alonso Fernández de Palencia (1423-1492), que escribió el "Universale Compendium Vocabulorum (vocabulario universal en latín y en romance) (1490).

Juan Luis Vives (1492-), autor, entre otros tratados, de un De institutione feminae christianae (1523) y una “Linguae latinae exercitatio” (1538) dedicados a Felipe II.

Y, destacadamente, durante el período de los Reyes Católicos y principios del siglo XVI los italianos:

Lucio Marineo Sículo, (1460-1533), cronista y humanista, catedrático en la Universidad de Salamanca que escribió De laudibus Hispaniae Libri VII" (1496), antecedente de su “De rebus Hispaniae memorabilius Libri XXV” (1530), y las fundamentales “Epistolarum familiarum libri XVII” (1514), que nos sirven para conocer muchos aspectos y personajes de la época.

Pedro Mártir de Anglería(1457-1526), capellán de la reina Isabel I, profesor de humanidades y latín de los nobles cortesanos, y autor de las Décadas de Orbe Novo (1.511), primera de las Crónicas de las Indias recién descubiertas, etc.

§ EDUCACIÓN HUMANISTA DE LAS HIJAS DE ISABEL I.

En efecto, esta decisión conllevó inmediatamente que las primeras en enfrascarse en esta labor educativa fueran las propias hijas de la reina. Hecho que propició no pequeños halagos por parte de la mayoría de los humanistas de su tiempo, como el del manchego Alonso Ortiz (1455-1503), buen conocedor de las lenguas latina, griega, hebrea y árabe, en su «Liber de educatione Iohannis serenissimi principis et primogeniti regum pontentissimorum Castelle Aragorum et Siciliae Ferdinandie et Helisabet» (Diálogo sobre la educación del Príncipe don Juan, hijo de los Reyes Católicos, 1495). 8

• Así, de manos de Beatriz Galindo, de los hermanos Antonio y Alejandro Geraldino, y del dominico Andrés de Miranda, fundamentalmente, la infanta y luego reina Juana I de Castilla (1.479-1.555) aprendió tan bien latín que en esta lengua respondía a los nobles de Flandes.

«Aetas nostra quattuor illas Isabella reginae filias… eruditas vidit. Non sine laudibus et admiratione refertur mihi, passim in hac terra, Ioannam Phlilippi coniugem, Caroli huius matrem, ex tempore latinis orationibus, quae de more apud novos Príncipes oppidatim habentur, latine respondisse». 9
• Por su parte, Catalina de Aragón y Castilla (1.483-1.536) —reina de Inglaterra—, a quien el propio Vives acompañó a su nuevo reino, conocía perfectamente el inglés, el alemán, el francés, el griego y el latín, de quien, admirada por Erasmo, dijo:
«Regina non tantum in sexu miraculum litterata est; nec minus pietate suspicienda quam eruditione: apud hos plurimum pollent qui bonis litteris qui prudentia antecellunt» 10
Dª. Isabel de Aragón y Castilla (1.470-1.498), conocida también como Isabel de Trastámara, fue la primogénita de los Reyes Católicos. Casó con Alfonso de Portugal y Viseu, heredero al trono portugués en 1.490. Muerto éste en 1491, casará luego con el nuevo heredero de Portugal, Manuel I, en 1.497 . Isabel tuvo como maestro al franciscano Pedro de Ampudia.
Dª. María de Aragón y Castilla (1.482-1.517), a quien enseñaron Miranda y Alejandro Giraldino, fue la segunda esposa del rey portugués D. Manuel I, tras fallecer su hermana. Ambas reinas dicen los cronistas que hablaban también cabalmente latín que lo pusieron de moda en la corte lusitana, siendo la nieta de la reina Isabel, Dª Leonor de Austria, hija de Juana La Loca y tercera esposa de don Manuel I de Portugal (y madre de la mecenas benefactora de Luisa Sigea, la infanta doña María, a la que el erasmista Resende llamará “princesa eruditissima”) la que lo impulsara definitivamente.

§ ALGUNAS PUELLAE DOCTAE HISPANAS DE ESTA ÉPOCA.

Centrándonos ahora en la corte castellana, junto a las hijas de la reina Isabel destacaron:

Beatriz de Bobadilla (1.440-1.511), hija del gobernador del castillo de Arévalo, que llegó a ser Camarera Mayor y Consejera de Isabel La Católica, pues fue amiga personal de ella desde la más tierna infancia, y primera marquesa de Moya.

• La salmantina Beatriz Galindo (1.465-1.534), la Latina, discípula de Antonio de Nebrija:

«...muy grande gramática y honesta y virtuosa doncella hijadalgo; y la Reina Católica, informada d'esto y deseando aprender la lengua latina, envío por ella y enseñó a la Reina latín, y fue ella tal persona que ninguna mujer le fue tan acepta de cuantas Su Alteza tuvo para sí», 11
a quien Lope de Vega dedicara estos versos en “La Jerusalén conquistada”:
«Su querida Beatriz, su prenda amada,
por segunda Nicostrata tenida,
célebre vivirá de gente en gente,
en nombre de Latina eternamente»
. 12

Juana de Contreras, discípula de Lucio Marineo Sículo, con quien se carteba en un latín esmerado y correcto.. 13

• La alcarreña Lucía (Luisa) de Medrano (1.484-1.527), la primera catedrática española, quien gracias a Lucio Marineo Sículo pervivió en la memoria de todos, con expresiones tan admirativas como:
«Salmanticae quoque Luciam Metranam nouimus eloquentissimam puellam, quam non solum loquentem audivimus et orantem sed in gymnasio quoque Salmanticensi Latinos libros publice profitentem». 14
manteniendo una constante relación epistolar con ella, como dejó constancia en sus "Epístolas Familiares", donde trasluce siempre su entusiasmo intelectual hacia ella.15

• La valenciana Ángela de Carlet, de la que el mismo Lucio Marineo Sículo decía

«Mas a la doncella valenciana que por nombre se dice doña Ángela, hija del señor de Carlete, de muy noble generación, ponemos no solamente con las mujeres señaladas en letras mas en el número de los varones que son más sabios. Cuya fama de su grande erudición oymos los días pasados de cómo era aquella virgen muy adornada no solamente de letras latinas mas también de griegas y docta en otras lenguas. La qual no solamente compone epístolas y oraciones elegantísimas, mas también las escribe de su mano muy hermosamente. Mas yo sin duda creo ser verdad lo que de la doctrina d'esa doncella se dize, así por la nobleza de su ingenio como por aver tenido por preceptor al doctísimo varón Andrés Estraneo». 16
Francisca de Nebrija (Lebrixa, Lebrija o Martínez), quien llegó a sustituir en múltiples ocasiones a su padre Antonio de Nebrija,en su cátedra de la Universidad de Alcalá de Henares, como «lo prueban los Libros de Quentas de la Universidad, en que se registran las libranças del salario, que se le daba». 17

Ana Girón de Rebolledo, esposa de Juan Boscán y editora de sus obras y de las de Garcilaso de la Vega.

Beatriz de Silva y Meneses(1.424-1.492), fundadora de la orden de las concepcionistas, que propició el famoso arrebato de celos de la reina Isabel, por el que la encerró en un cofre durante tres días, tal y como se nos relata en la «Historia de la bienaventurada fundadora de la Orden de la Concepción»:

«Venida esta doña Beatriz con la dicha Reyna que la trujo, estaba en su Casa con mucho favor, porque allende de venir de sangre real, era muy graciosadonzella y excedía a todas las demás de su tiempo en hermosura y gentileza. Y como tal era servida de muchos grandes del reyno e demandada en cassamiento. E fue tanta su fermosura e graciosidad, que la Reyna su Señora, tuvo celos della, y por esto, con desaforada pasión la hizo encerrar en un cofre estando en la Villa de Tordesillas, donde la tuvieron tres días sin dar ninguna cossa de comer ni beber».
Isabel de Vergara, que a juicio de Marineo Sículo era «doctísima en letras latinas y griegas». 18

María (de Mendoza) Pacheco , esposa de Juan Padilla el Comunero, alumna de Diego Sigeo, padre de Luisa Sigea de Velasco, de quien dijo éste en su "Relación sumaria":

«Fue mi Sra. Dª María Pacheco muy docta en latín y en griego y en mathemáticas, e muy leída en la Santa Escritura y en todo género de historia, en extremo en la poesía. Supo la genealogía de los reyes de España y de Africa, por espanto, y después de venida a Portugal, con ocasión de su dolencia, pasó los más principales autores de la medicina, de manera que cualquiera letrado en todas estas facultades, que venía a platicar con ella, había menester venir bien apercibido, porque en todo platicaba muy sotil e ingeniosamente».
También escribió entusiastas palabras para ella Lucio Marineo Sículo:
«Conoscimos también dos hermanas hijas de don Yñigo de Mendoça, conde de Tendilla,letradas en forma y muy eloquentes. De las quales fue la una condessa de Monte Agudo [Mencía] y la otra -que se dezía doña María Pacheco- fue mujer de don Juan Padilla. La qual muchas vezes platicó conmigó en letras en manera de philósopho muy sabio y orador eloquente». 19
Según Serrano y Sanz mantuvo fluida correspondencia con el alcarreño Alvaro Gómez de Ciudad Real (1488-1538), señor de Pioz, excelente poeta latino y hábil helenista, llamado el Virgilio español, que escribió en versos hexámetros y pentámetros latinos las «Epístolas de san Pablo», por lo que también le llamaron la "Musa Paulina", así como una «De militia Principis Burgundi, quam velleris aurei vocant, ad Carolum Caesarem eiusdem militiae Principem», sobre el Toisón de Oro.

Nicolás Antonio, en su «Biblioteca Nova», cita el elogio que hace de ella el impresor veneciano Paulo Manucio cuando éste le dedica a su hermano Diego Hurtado de Mendoza, autor de la «Guerra de Granada», un libro titulado «M. Tullii Ciceronis De Philosohia prima pars» (Venecia, 1541), donde dice:

«Fuit soror illa tua praestantissima foemina: cuius militaría facinora cum audimus, cuius eam nostrae aetatis viro animi magnitudine comparamus: cum autem ea, quae scripsit legimus, vel antiquis scriptoribus ingenii praestantia similliman iudicamus».

(cuando leemos lo que –tu hermana- escribió, en la excelencia del entendimiento de los antiguos escritores la juzgamos semejante).

• La catalana Ana Cervató (o Cerbatón), referenciada por Luicio Marineo Sículo, dama de la reina doña Germana de Fox, maestra de latín, que escribió un "De Saracenorum apud Hispanos damnis".

Cecilia Morillas (1539-1581), de Salamanca, filósofa y filóloga, experta en latín, griego, italiano y francés.

• La valenciana Ángela Mercader-Sabta (o Zapata), quien fue alabada por Luis Vives: 20

«crescentem Valentiae meae video... Angelam Zabatam,civem meam,incredibili ad omnis generis litteras ingenii celeritate ac dexteritate,pudicitia ac prudentia singulari»-,
y diversos autores, tanto por su sabiduría singular en griego, latín, filosofía y teología, como por aglutinar en un círculo literario a muchos humanistas en su casa. Matamoros dice de ella:
«Angelam Zapatam, quae quum angelica mente donata esset».
Escribió una versión de la «Vita Christi» de Ludolfo de Sajonia.

Ana Osorio, hija del erasmista Diego Osorio, fue muy docta, referida por Alfonso García Matamoros en su «De adserenda Hispanorum eruditione»:

«quid Annam de Osorio Burgensem et maiorum imaginibus nobilem et divinae Theologiae studio celebrem?»
Catalina de Paz o del Espíritu Santo, llamada Catalina Clara Ramírez de Guzmán 21 , buena conocedora del latín según sus contemporáneos,
«en la ciudad de Sevilla está una doncella que le llaman doña Catalina de Paz, que habla y escribe muy bien en latín y haze muy buenos versos y es gentil rethórica», 22
autora de poemas en esta lengua y en castellano, participante en certámenes literarios, que a decir de García Matamoros: 23
«E quarum specioso conspicuoque grege unius mulieris Latini versus sacris saepe & publici certaminibus primam Hispali & Compluti lauream iudicium sententia meruerunt? [...] quos poesis fontes subito fortuna prostavit? quae non litterae politiores cum illa mortuae & sepultae fuerunt?»
Francisca de los Ríos, madrileña, famosa porque, según manifestó ella misma, a los doce años tradujo del latín al castellano «La Vida de la Beata Ángela de Fulgino (Foliño)» (Madrid, Juan de la Cuesta, 1618).

Catalina de Rivera, sevillana, erudita en las lenguas griega y latina.

María de Sabiote Maldonado, natural de Ubeda, que conocía perfectamente el griego y latín.

Catalina Trillo de Armenta (1520-1600), de Antequera,

«que fue la Safo de su tiempo, muy versada en los idiomas latino y griego, la cual enseñó la gramática a su hijo». 24
María Urrea, hija del conde de Aranda, también muy ilustrada en griego y latín...

Y UN LARGO ETCÉTERA... 25



1

Verso de un poema de Juan de Merlo (poeta toledano) [quien aparece] citado por el médico y poeta español, de origen judío, Luis Nuñez o Ludovico Nonnio (1553-1645) en "HISPANIA" (sive Populorum, Urbium, Insularum, ac Fluminum in ea accuratior descriptio. Antverpiæ: ex Officina Hieronymi Verdussi, 1607, pág. 185), al señalar algunos de los poemas que se escribieron en honor de Luisa Sigea, a su fallecimiento, así como por Schott, Antonio, Cerdá y Rico...
LUDOVICI NONII.-
Hispania Sive Populorum,
Vrbium, Insularum, ac Fluminum
 in ea accuratior descriptio,
Amberes, H. Verdussi,1.607, pág. 185
El texto dice así:
«Non pigebit referre Aloysiam Sigaeam virginem Toletanam, quae cum sui aevi doctissimis viris conferri posset, fuisseque quinque linguarum adeo peritam, ut non immerito Paulus III. Pon. Max. litteras illius ad se scriptas videns Latine, Graece, Hebraice, Syriace & Arabice, admiratus fuerit in tenella hac & mustea virgine tam multiplicem ingenii fructum, in viris etiam rarum».

Cuya traducción sería:
«No costará mucho dar cuenta de la doncella toledana Luisa Sigea, la cual con los más doctos varones de su tiempo compararse puede. Fue hasta tal extremo en cinco lenguas experta, que no sin merecido elogio el Papa Pablo III al ver las cartas que le dirigió escritas en latín, griego, hebreo, siriaco y árabe, se admiró mucho, pues si es raro en los hombres más lo es que una jovencita doncella muestre tan gran ingenio».]
Respecto al verso de Juan de Merlo Toledano, reproducido por Francisco Cerdá y Rico (Clarorum hispanorum opuscila selecta et rariora tum latina, tum hispana. Madrid: Antonio de Sancha, 1781, pág. XXVII), que dice pertenecer a su "Epigrammaton Libros VI. Ad praeceptorem doctissimum, et amantissimum magistrum Alfonsum Cedilium linguae Latinae professorem in florentissima Academia Toletana", dice textualmente así:
Loisiae Sigaeae Toletanae saeculi sui Minervae.
Docta SYGAEA iacet gélido sub marmore, cuius
ob mortem maerens heu gemit Hesperia.
Et merito, quoniam Hebraea, Graeca atque Latina,
non secus ac patria, voce perita loqui.
Invida mors rapuit idiomata tanta puella
in tenera admirans accumulata simul.
O mors in vanum livor, difusa per orbem
fama volat, sanctam non capit urna animam».


Cuya traducción sería:
«Luisa Sigea Toledana, la Minerva de su tiempo.
La sabia Sigea yace bajo el gélido mármol,
de quien España gime con aflicción su muerte.
Y ello justamente, puesto que en la lengua hebrea, griega y latina,
como si fuese la propia, se expresó de manera experta.
La celosa muerte nos la arrebató maravillada ante tanto idioma
junto acumulado en una joven doncella.
¡Oh!, la lívida muerte en vano retiene su santa alma en una urna,
pues difundida por el mundo su fama vuela.».

Versos que repetirá Daniel Georg Morhof, para salvar a Luisa Sigea de la ignominia de la "Satyra Sotadica" (Aloisiæ Sigeæ, Toletanæ, Satyra sotadica de arcanis amoris et Veneris, Aloisia hispanice scripsit, latinitate donavit Joannes Meursius V. C.), de la que en otra entrada hacemos mención detallada, indicando que
«Inter obscenos nostri temporis familiam ducit 'Satyra Sotadica', ALOYSIAE SYGAEAE adscripta [Autor 'Satyrae Sotadicae', quae Aloysiæ Sigeæ nomen falso praefert].
Pessimus & flammis dignus Liber, nisi quod elegantia latinae linguae fordes suas ornet.

Moneo hic, nequam fuisse hominem, qui 'Aloysiæ Sigeæ & Mercusio' illum librum adscripsit: omnia illa conficta esse puro. Liber ille, me judice, plane novus est, & am impuro homine scriptus, qui, ut a se amoliretur crimen, feminae innocentissimae & castissimae illud imposuit, & Meursium hominem doctum in criminis societatem perduxit.

Aloysia Sigaea nobilis fuit femina, & illustri ex gente apud Hispanos, cujus cum singulari castitatis laude meminit. Nicolaus Antonius in pulcherrimo 'Opere Bibliotheca Hispanica': ubi cum omnia iligentissime recenset, ne "γρὑ" quidem de hoc scripto memorat, ut certe memorare debuisset, si extitisset tum libellus, ille, seu vero seu falso ejius nomine cognitus: famam enim ejus procul dubio vindicasset; & perquiruntur ab ipso MSti libri omnes Autorum Hispanorum magna diligentia. Eruditissima illa fuit, ac amplissimum ejus elogium habet Joannes Vaseus in 'Chronico Hispanico, cap. 9'; Andreas Resendius in 'Epistola ad Mariam Principem', ita de illa:

«Altera, SYGAEA est, virgo admirabilis, unam
Quam natura potens ideo produxit, ut esset
[060] Foemina, quae maribus vitam opprobrare supinam
Posset, et ignavos magno adfecisse rubore.
Nam quum septenae vix dum trieteridis annos
Computet, indefessa dies, noctesque, latinas
Volvere non cessat chartas, non cessat Achaeas,
[065] Moseaque, ac Solymos rimatur sedula uates;
Quin per Achemenios scopulos, Arabumque salebras
Currit inoffense, linguarum quinque perita.»
Joannes Merulus, nobilis Toletanus, vocat seculi sui Minervam. Scripsit 'Epistolas Latinas: Dialogum de differentia vita rustica & urbana, Poëtica quaedam', de quibus nihil editum. Prolixe illa omnia recenser Antonius, sed de infami hoc scripto nec vola nec vestigium apparet. Alfonsus Madritensis Archidiaconus de Alcor in Palentina ecclesia, magnae existimationis fideique scriptor, in Historia Palentinae urbis summum honorificcentissimumque Sygaeae elogium scripsit, quod Hispanica lingua producit Antonius: ubi omnes illas linguas peregrinas tam prompte ut Castellanam, tenuisse, easque expeditissime & loqui & scribere potuisse refert. Nupsit illa Alphonso a Cuevas. Immature obiit, hocque illi epitaphium positum: 'Loisia Syaea Femina incomparabili, cujus pudictia cum eruditione linguarum, quae in ea ad miraculum usque fuit, ex aequo certabat, etc'. Quae omnia satus arguunt, injuriam magnam optimae feminae illatam a nebulone illo, qui, infame hoc scriptum illi adscribere voluit. Sed nec de Meursio fando auditum st, convertisse illum ex Hispanica lingua tale aliquod scriptum in Latinam. Sed ipse sermonis textus habitusque totus obstendit, in Latio potius, quam Hispania natum esse hunc foetum.

Talia ut ipsa honestas prosribere aut flammis addicere jubet; ita non probo morosulos illos censores, qui in Latinae linguae Autoribus castrandis male feduli sunt, bonosque Autores mutilant, si quae in illis paulo liberiora aut parum pudica deprehenduntur: quae in conversatione ipsa evitari non possunt. Arceri ab illorum quidem lectione pueri possunt, sed ubi bonis moribus satis firmati fuerint, parum ab illis periculi est. Homines sumus, atque in humana societate vivimus, ubi talia quotidie occurrunt. Sed scholam istarum nequitiarum, qualis in 'Satyra Sotadica' aperitur, nemo bonus feret. Sunt, qui Terentii Comoedias, librum optimum, juventuti e manibus excutiunt, & nescio quem, illi Terentium Chistianum supponunt: qui cum illo suo consilio explodendi sunt. Satis castus est Terentius, nisi cum ex ingenio & moribus hominum quaedam ipsi dicenda sunt; quos nosse characteres juventuti summe utile est. Ceterum omnium obscenorum librorum hic inire numerum nolumus. Studet in illo sterquilinio alius Hercules Coprophorus. Forte diligentissimus Priapeorum Commetator Scioppius, si viveret, hic suam 'Aphrodita Bibiotheca' congerenda industriam exercere posset.

Sunt & 'Satyrici Scriptores' in bonos mores injurii; quo nomine hic non intelligo, qui innocentes illas in vitia Satyras scribunt, sed qui libellos famosos. Non patitur nostri instituti ratio, ut eorum hic indicem texamus.

Qui se adversu tela & arma munire possunt Principes, a calami tamen insultu saepe non sunt immunes. Habentcerte, quos Reges metuant, cum vivunt, Satyricos; cum satis concesserunt; Historicos. Utrique acerrimi vitiorum observatores sunt: qui velut Censores publici impune in illos sententiam dicunt. Pasquini statua saepe plus, quam Dodonaea, fudit oracula. Quae non in potentissimos Reges Satyrae scriptae sunt!

Non potuit Satyricorum manus effugere Jacobus, Britanniae Rex, utut doctissimus & laudatissimus Princeps cui sub specie Panegyrici Posthumi, a Casaubono scripti, cujus quasi fragmenta inter schedas ejus reperta, per insignem nequitiam, continuo mycterismo horrenda flagitia objiciuntur. Lepide alioquin scriptus liber est; cui titulus 'Casauboni Corona Regia, i. e., Panegyrici cujusdam vere aurei quem Jacobo I magnae Britanniae, etc., Regi, Fidei defensori, delinearat, Fragmenta ab Euphormione inter Schedas τουμακαριτου inuenta, collecta, & in lucem edita' [Londini Pro Off. Regia Io. Bill., 1615] [Satyram contra Jacobum I Britanniae Regem, Isaac [pseud. Cornelius Breda] Casaubono assietam, recudi Halae Saxonum. A. 1693, in sua 'Sapientiae & Stultiae Historia', curavit Christ. Thomasius].

Refertur in 'Georgii Richteri Vita' [Norimbergae: Typis et Sumtibus Michaelis Endtery, A. MDCLXII], Epistolis eius praefixa, pag. 21., e 'Colloquio' cum Erycio Puteano accepisse Richterum, quod Puteanus ejus libelli autor habitus fuerit: ««cujus vero famam ille enixe declinans velut Apologiae loco scriptum quoddam exhibuerit, cui nomen, Perjurium RUFFI & GIBBOSI, praefatus, quo delatorum suorum virulentiae ac sinisteritati satis fuisse obviatum existimaverit»». Sed nos de Satyris alibi plura.»

Morhofii, Danielis Georgii. Polyhistor, literarius, philosophicus et practicus. Lubecae: Sumtibus Petri Boeckmanni, MDCCXLVII, pp. 75-77.


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2

Georgius Coelius (Jorge Coelho), secretario de don Enrique de Portugal, en 1.552 escribió:
«Felix quae medias licet aedita SYNTRA sub auras
Altius ingenio crevit ad astra ruo.
Illius excelsas miramur ad Aethera rupes,
Sed magis haec numeris fulget in orbe tuis.
Naturam ingenti cumulasti munere laudum
SYGEA; ambiguum est gloria maior utri;
Illa potens rerum scopulos eduxit Olimpo;
Tu celebrem late cuncta per ora facis,
Graecia mellifluam mirari desine Sappho,
Et Lusitanam suspice Calliopem».

Cit. in Serrano y Sanz, Manuel.- Biblioteca de Autores Españoles. Apuntes para una Biblioteca de escritoras españolas. Desde el año 1.401 al 1.833. Vol II. Madrid, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1.905, pág. 405.

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3

Así la nombró Diego (Jacobo, Santiago, Jaime) Salvador de la Solana (o Solano), latinizado Iacobus Salvatoris Solaniis Murgensis (1525-1580) en su obra «Poetica» (Salamanca, Juan de Canova, 1558), concretamente en la última parte de la misma, titulada «Epigrammaton liber unus». Este fue un ilustre humanista murciano, que junto a El Brocense —Francisco Sánchez— (ca. 1522-1600) y André de Resende (ca.1.498-1.573), conforma el trío más importante de líricos latinos de la Universidad de Salamanca de la época del Renacimiento español. Recordemos que Salvador de la Solana mantuvo
«una culta amistad con los poetas italianos, así como con el zaragozano Juan Verzosa, el andaluz Vilches –a quien dedica cuatro de sus composiciones-, la humanista toledana, tan admirada por su siglo, Luisa Sigea, etc».
(Evelia T. Sánchez.- “La Lírica latina en el Siglo de oro español (1500-1700)”, in Estudios Clásicos. Número 16. Tomo III. Noviembre de 1.955, pág. 202).
Hace referencia a ello también el poeta burgalés Fernando Ruiz de Villegas, discípulo de Luis Vives y amigo de Luisa Sigea, quien en un epigrama dijo:
«Ergo obiit decus orbis? Et hoc iacet ínclita Phoebi
Gloria, Musarum spesque iubarque loco?
Illa ergo, illa iacet túmulo hoc, quae femina doctis
Anteferenda fuit, diva SYCAEA, viris?
Illa Palestine, Grece, Latieque perita,
Quam decimam Musis addidit Hesperia?
Nec dirum patrasse nefas, rupisse beata
Stamina crudeles erubere deae?
At sacer in lacrymas Helicon, Pindusque Rhodosque,
Nec non Parnassi collis uterque fluit.
Quin pater ipse etiam cytharam indignatus Apollo
Fregit , et, Haec quod agat, nil magis, inquit, habet.
Per quam numen eram, per quam mihi gratus, ademta est;
Umbra modo, et Phoebus non nisi mutus ero.
Ad quem Musarum planctu chorus inquit amaro,
Singultu voces impediente graves:
Hactenus Aonides fuimus, fuit Hippocrene,
Numinis atque ingens gloria,Phoebe, tui.
Splenduit eloquii iubar, hactenus, hactenus ardens
Doctrinae emicuit cultus et almus honos.
Quae tamen eripuit terris mors dira SYGAEAM,
Phoebeum eripuit Pieriumque caput.
Nec quidquam reliqui, lacrymas nisi, fecit, et orbis
Aeternum nequeat quod doluisse satis.
Sic divi et partier tumulo accubuere, sepulcrum
Signantes maesti carminis indicio.
Haec tegit urna novem Musas Phoebumque, SYGAEAM
Quae tegit, inque uno marmore turba sumus».

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4

Veamos algunos de estos clichés manidos:
«Luisa Sigea conocida por el nombre de Aloisia Sigea, era de Toledo, hija de Diego Sigea, de nación Francés, hombre muy docto quien tomóse él mismo el cuidado de educar a su hija, y la enseñó la Philosophia, y las lenguas Griega, Latina, Hebrea, Arábiga y Syriaca. Escribió Luisa una carta en estas cinco lenguas al papa Paulo III (…)
Louis Moreri.- El gran diccionario histórico o Miscellanea curiosa de la Historia Sagrada y Profana...,Paris-Lyon, 1.753, Tomo VIII. Primera Parte, pág. 340.

«A Infanta Dona Maria nasceo em Lisboa a 8 de junho de 1521. Era Princeza, que em gentileza, e virtudes excedeo as melhores do seu tempo. Seu Palacio era huma universidade de mulheres singulares em letras, e outras artes de engenho, a quem presidia a famosa Dama Toledana, chamada Luiza Sigea, cuja erudiçao fez aturdir a Europa».
De Castro, Joao Baptista.- Mappa de Portugal pelo Padre Joao Bautista de Castro. Segunda Parte. Lisboa, Na Offic. De Miguel Manescal da Costa, 1.746, pp. 331-332).

«A sua casa (da Infanta D. Maria) era huma universidade de mulheres eruditas, entre as quaes floreceo a famosa Toledana Luiza Sigea, cujo nome será sempre respeitado con assombro».
De Faria e Sousa, Manuel.- Obras de Luis de Camoes, Príncipe dos poetas de Hespanha. Tomo II. Lisboa, Off. Simao Thaddeo Ferreira, 1.783, pág. 432).

• «(A Infanta D. María) foi tambem muito perita na música; e na sua casa se juntava huma academia, composta de pessoas do sexo femenino, distinctas pela cultura e amor das letras e boas artes, a que presidia a famosa hespanhola, Luiza Sigea, mulher de pasmosa erudiçao, que deu brado no orbe litterario».
(Alvaro Lobo, Henrique.- Chronica do cardeal rei d. Henrique: e vida de Miguel de Moura, escripta por elle mesmo. Lisboa, Typographia da Sociedade Propagadora dos Conhecimentos Uteis, 1.840, pág. 167).

• «Luisa Sigea, célebre española conocida también con el nombre latino de Aloisia Sigoea, y llamada por sus contemporáneos la Minerva de su siglo. Era hija de Diego Sigea, francés de origen, y nació en la ciudad de Toledo a principios del siglo XVI. Su padre, hombre muy docto, la dio una educación esmerada, y era aún muy joven cuando ya se había hecho notable por sus profundos conocimientos en filosofía, por sus talentos poéticos, y porque poseía las lenguas latina, griega, hebrea, árabe y siria. En todas cinco escribió al papa Paulo III, con lo cual admiró a los hombres más instruidos de la corte de Roma, que la prodigaron mil elogios. Diego Sigea fue llamado a la corte de Portugal por el rey don Juan III y nombrado preceptor de Teodosio de Portugal, duque de Braganza; Luisa acompañó a su padre, fue admirada en Lisboa por sus talentos, y sirvió a la infanta doña María de Portugal, que era muy aficionada a las bellas letras y quiso tenerla en su compañía (...). Había tenido el sabio español Luis Vives correspondencia epistolar con Luisa Sigea, por la semejanza de los estudios, y porque además de su gran talento, reunía la circunstancia de ser honestísima, así como Vives era también de ejemplar piedad y de virtudes austeras (...).».

Francisco de Paula Mellado (ed.).- Diccionario Universal de historia y geografía, Madrid, F.P. Mellado,1848, Tomo VII, pág. 55.

• En los mismos y textuales términos se expresó Vicente Díez Canseco.- Diccionario biográfico universal de mujeres célebres; o compendio de todas las mujeres que han adquirido celebridad en las naciones antiguas y modernas, Madrid, José Félix Palacios, 1845, Tomo III, pp. 455-456.



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5

Bel Bravo, María Antonia.- La mujer en la historia. Ed. Encuentro, 1.998, pp. 111-112.

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6

Señala Nicasio Salvador Miguel (“Isabel la Católica y el patrocinio de la actividad literaria”, in Isabel la Católica. Estudios. www.cervantesvirtual.com., que
«además de enfrascarse (la reina Isabel la Católica) desde 1482, o un poco después, en el estudio tardío de esa lengua, bajo la batuta de Beatriz Galindo, y además de tomar las medidas apropiadas para su enseñanza en la corte, promovió la escritura de unos cuantos libros. Pues, como su actitud se hallaba en sintonía con los planes renovadores de Nebrija, quien en 1481 había publicado una gramática latina concebida como manual para la docencia, con el título de “Introductiones latinae”, Isabel, con el deseo de que esas nociones no quedaran reducidas a sus descendientes o a la nobleza sino que incluso las religiosas pudieran «sin participación de varones» alcanzar «algo de la lengua latina», solicitó a Nebrija, a través de Hernando de Talavera, que editara el libro con la versión castellana en columna paralela a la derecha. Así lo hizo Elio Antonio en la quinta impresión (Salamanca, 1486), con una dedicatoria a la Reina, en que remacha la importancia del latín («para colmo de nuestra felicidad y cumplimiento de todos los bienes, ninguna otra cosa nos falta sino el conocimiento de la lengua»), ya que en el mismo «está fundada nuestra religión y república cristiana, más aún el derecho civil y canónico, la medicina y las artes que dicen de humanidad, porque son propias del hombre en cuanto hombre». Aunque, por desgracia, la novedad no se respetó en las ediciones posteriores, el caso ilustra bien a las claras la asociación que establecía la Soberana entre sus propias preocupaciones intelectuales y la tarea de mecenazgo; y, así, su discernimiento respecto al valor del latín explica también otras actuaciones, como el encargo a Alonso de Palencia de un “Universal vocabulario en latín y romance” (Sevilla, 1490) que se imprimió a dos columnas paralelas, en una de las cuales se explica en latín el significado de una palabra, mientras que en la otra se traduce al castellano».


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7

«La formación intelectual era algo generalmente considerado como ajeno e incluso pernicioso para la mujer, y peor todavía para las casadas, pero esta mayor permisividad renacentista tuvo como resultado la aparición de algunas muchachas muy cultas, que fueron llamadas “puellae doctae”, de las que en España podíamos nombrar un buen puñado, aunque la mayoría eran italianas, francesas e inglesas. Se trata de jóvenes que viven en ambientes propicios, sobre todo aristócratas e hijas de profesores, médicos, abogados, etc. La enseñanza media y superior estaba vedada a las mujeres, siendo el entorno familiar el único reducto donde algunas muchachas podían obtener cultura y formación, ya que podían tener a su alcance buenos maestros y bibliotecas particulares. Son “genias educadas desde la infancia en las lenguas latina y griega y en todos los saberes de moda, excepto en la retórica, porque el dominio de la retórica marcaba el umbral de acceso al mundo del poder de verdad; el del ejercicio de la política del estado. Se trata, en general, de jóvenes geniales que rompieron barreras de género, que buscaron su emancipación en un saber masculino definido como neutro que ellas hicieron propio y ejercieron con tanta o más maestría que los sabios que habían hecho de ellas sus discípulas cuando niñas (…) Con su voluntad de emancipación, las puellae doctae demostraron que el modelo de género femenino vigente en su sociedad era inadecuado e injusto”».
Rivera, M. M..-Las prosistas del humanismo y del Renacimiento (1400-1550)”, in Zavala, Iris M. (coord.). Breve historia feminista de la literatura española (en lengua castellana). IV. La literatura escrita por mujer (De la Edad Media al S. XVIII). Antropos, Barcelona, 1.997, pp. 85-86.

• «Excepcionalmente, algunas entraron en la Universidad, como Luisa de Medrano, que fue profesora en Salamanca en 1.508. En la misma época, asistió a la Universidad de Alcalá la erudita Francisca de Nebrija, hija del gramático Antonio de Nebrija, que llegó a sustituir a su padre en algunas ocasiones. Antonio de Nebrija había estudiado en Bolonia, donde el profesor Andrea de Giovanni era sustituido en ocasiones por su hija Novella, que leía las conferencias de su padre oculta tras una cortina, para que la contemplación de su belleza no distrajese a los alumnos.
También destaca Beatriz Galindo, que era reconocida como una consumada experta en textos clásicos cuando sólo contaba 16 años de edad, por lo que fue apodada “La Latina”, dando nombre actualmente a un barrio del Madrid castizo. Igualmente dominaban esta lengua clásica Juana Contreras e Isabel de Vergara, que tradujo a Erasmo. La castellano-manchega Luisa Sigea de Velasco, nacida en Tarancón en 1530, tuvo por maestro a su padre con la colaboración de su hermano mayor. Con 16 años escribió una carta al Papa Pablo III en latín, griego, hebreo y siríaco. El Papa le respondió sólo en latín, mostrando su admiración por el conocimiento de tantas lenguas, que calificó de raro incluso entre los hombres. La barcelonesa Juliana Morell fue instruida en lenguas clásicas y Filosofía por su padre, notable humanista, que por motivos de trabajo marchó a la ciudad francesa de Avignon, donde Juliana se doctoró en 1.607. A los 17 años conocía 14 idiomas y solía debatir públicamente con destacados humanistas. Más precoz incluso fue la ilustrada gaditana Rosario Cepeda y Mayo, cuando a los 12 años fue sometida a un examen público sobre sus conocimientos, en septiembre de 1.768. Durante el examen, disertó en griego, latín, italiano, francés y castellano, respondió a más de 300 preguntas sobre historia, explicó los elementos de Euclides, recitó a Anacreonte y tradujo a Esopo»
González López, J. Ricardo.- El enigma Sabuco. Tomo I. La investigación. Albacete, 2008, pp. 330-331.

Cfr. también:
Barbazza, M. C..- "L'épouse chrétienne et les moralistes espagnols des XVI et XVIIe siècles" in Mélanges de la Casa de Velázquez, XXIV (1988), 99-137.
Barbeito Carneiro, María Isabel.- Mujeres y literatura del siglo de oro. Espacios profanos y espacios conventuales. Madrid, 2.007.
Da C. Ramalho, A.- "Joana Vaz, femina doctissima", in Estudos sobre a Época do Renascimento, Coimbra, 1969, 346-352 y 357-358.
De Vasconcellos, C. M..- A Infanta D.Maria de Portugal (1521-1577) e as suas Damas, (Porto, 1902), ed. fac-similada, Lisboa, 1983.
Gómez Molleda, Mª. D..- "La cultura femenina en la época de Isabel la Católica", in Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, LXI, 1 (1955), 137-195.
Márquez de la Plata y Ferrándiz, Vicenta Mª.- Mujeres renacentistas en la corte de Isabel la Católica: Beatriz de Bobadilla, Beatriz Galindo, Lucía de Medrano, Beatriz de Silva, Catalina de Aragón y María Pacheco. Madrid, Castalia, 2005.
Redondo, Augustin (ed.).- Images de la femme en Espagne aux XVIe et XVIIe siècles: des traditions aux renouvellements et à l’émergence d’images nouvelles, Colloque International, Sorbonne et Collège d’Espagne, 28-30 septembre 1992, Publications de la Sorbonne, 1994.
Rallo Gruss, Asunción (coord.).- Realidad histórica e invención literaria en torno a la mujer. Málaga, Excma. Diputación Provincial de Málaga, “Biblioteca de Estudios sobre la Mujer”, vol. 1, 1987.
Sánchez Lora, J. L..- Mujeres, Conventos y Formas de la Religiosidad Barroca. Madrid, 1988.
Sánchez Ortega, E..- A Mulher na Sociedade Portuguesa. Visão Histórica e Perspectivas Actuais (Actas), Coimbra, 1986, 2 vols.
Sauvage, O..- "Introduction" a Louise SIGÉE, Dialogue de Deux Jeunes Filles sur la Vie de Cour et la Vie de Retraite(1552). Paris, 1970, 9-57.
Segura, C.- "Las sabias mujeres de la corte de Isabel la Católica", in GRAÑA CID, Mª del Mar (ed.), Las Sabias mujeres: educación, saber y autoría (siglos III-XVII), Madrid, Asoc. Cultural Al-Mudayna, 1994, 175-187.
Vigil, M.- La Vida de las Mujeres en los Siglos XVI y XVII. Madrid, Siglo XXI,1986.


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8

Un rápido resumen de la biografía de los hijos de Isabel y Fernando puede leerse en la obra de Vicenta María Márquez de la Plata, «El trágico destino de los hijos de los Reyes Católicos», Madrid, Aguilar, 2007,
Señala Mª Isabel del Val Valdivieso (Isabel La Católica y la educación”, in Aragón en la Edad Media, núm. 19 (2006), pág.560) que
«las infantas tuvieron una esmerada educación. Poco se sabe de Isabel en sus primeros años, pero no hay duda de que recibió una buena formación. Además de Antonio Giraldino, fray Pedro de Ampudia se encarga de ella al menos desde 1.486, a partir de ese año el maestro cobra anualmente, lo mismo que el de Juana, 50.000 maravedís, que desde 1.492 pasan a ser 60.000. Lo mismo que sus hermanas, Isabel tiene libros en latín y castellano.
Juana tuvo como instructor a fray Andrés de Miranda, mencionado como maestro de latín. Aparece por primera vez en las cuentas de la casa de la reina en 1.483, y se mantiene a su lado hasta que la infanta abandona Castilla en 1.496. El año antes, los 50.000 mrs. anuales que percibía desde 1.486 pasaron a ser 80.000, y empieza a ser titulado “maestro de la archiduquesa”. Ésta, quizá tomó también lecciones de Beatriz Galindo o de otra mujer, pues en relación con ella se menciona una “Latyna, criada de la ynfante”.
Las dos hijas menores, María y Catalina compartieron maestro, a juzgar por lo recogido en las cuentas de Gonzalo de Baeza. María estuvo los dos primeros años, 1.489 y 1.490. con Andrés de Miranda como su hermana mayor, lo que indica que empezaría la instrucción a los seis años. A partir de 1.493 María y Catalina están a cargo de Alejandro Giraldino
».
De hecho, Luis Vives, en su De Institutione Foemina Christiana dejaba clara esta erudita educación latina de las hijas de Isabel la Católica.
«Regina Isabella, Fernandi coniux, nere, suere, acu pingere quattuor filias suas doctas esse voluit; ex quibus duae Lusitaniae fuerunt Reginae, tertiam videmus Hispaniae, Caroli Caesaris matrem, quartam Britanniae, Henrici Octavi coniugem sanctissimam».
(Liber I, Cap. III).

«La Reina Isabel, mujer de Fernando, quiso que sus cuatro hijas fuesen doctas en tejer, coser y bordar, dos de las cuales fueron Reinas de Portugal, la tercera de España, que es la madre del César Carlos, y la cuarta es la esposa del rey Enrique Octavo».



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9

Ibíd., Luis Vives, De Institutione Foemina Christiana:
«Nuestro tiempo, a aquellas cuatro hijas de la reina Isabel, ha visto eruditas. No sin grandes loores y admiración me comentan, en esta tierra, que Juana, mujer de Felipe, madre del rey Carlos, al momento en latín respondía, a los que por las ciudades por donde iba le hablaban con frases latinas, según es costumbre, a los nuevos príncipes».
Y Yolanda Scheuber (Juana la Reina, Madrid, Nowtilus SL, 2010, pág. 105), nos resume así sus habilidades intelectuales:
«Sin duda, Juana era la más sana y fuerte de todos los hijos de los reyes. De gran inteligencia, había asimilado sus estudios con una rapidez que asombraba, así como la fluidez con que hablaba el portugués, el francés y el latín satisfacía a sus preceptores. La reina había ordenado, en aquel año del Señor de 1495, que Juana comenzara a estudiar, además, el idioma alemán, pensando ya en el futuro matrimonio de la infanta con el archiduque de Austria. A Juana le agradaba, también, ejecutar en los ratos libres el clavicordio y la guitarra y le agradaba bailar y cantar. Era una excelente amazona, como su madre, y, de todas las princesas de Castilla, era la que mejor bordaba».
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10

Erasmo de Rotterdam.- Epistolae. Londini, 1.642, Lib. II, epis. 24.
En otra carta (Liber XIX, epis. 31) indica también:
«Habemus Angliae Reginam foeminam egregie doctam, cuius filia Maria scribit bene latinas epístolas...»

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11

Férnández de Oviedo y Valdés, Gonzalo.- Batallas y Quincuagenas. Salamanca, Ed. Diputación de Salamanca, 1989.
El humanista italiano, capellán de Fernando el Católico, cronista oficial de Aragón y profesor en la Universidad de Salamanca, Lucio Marineo Sículo (1.460-1.533), en su «De las cosas memorables de España (De rebus Hispaniae memorabilius)» dice de ella:
«Vidimus itaque Beatricem Galindam Francisci Maioritani Regii secretarii coniugem, et Isabellae Reginae Catholicae cubiculariam simul et consiliariam, litteris et moribus ornatissimam. Quae cum propter alias virtutes suas, tum vero propter eruditionem, Reginae, fuit quam charissima, et propter linguam latiam, qua maxime pollebat, latina fuit cognominata».

«Assí que vimos en el palacio de los Reyes Cathólicos a Beatriz Galindo, mujer que fue de Francisco de Madrid, secretario de la reyna doña Ysabel, camarera consejera de la misma reyna, mujer muy adornada de letras y sanctas costumbres. La qual así por sus virtudes como por la doctrina singular fue muy privada y bien quista en la casa real y, por la lengua latina que hablaba sueltamente, fue dicha por sobrenombre la latina.»

Marineo Sículo, L.- De las cosas memorables de España. Alcalá de Henares, Miguel de Eguia, 1.530, folio 252v.
Consúltese también sobre Beatriz Galindo:
Arteaga, Almudena de.- Beatriz Galindo, la latina: maestra de reinas. Algaba ed., 2007.
Márquez de la Plata y Fernández, V. Mª.- Mujeres renacentistas en la Corte de Isabel la Católica. Madrid, Castalia, 2005.
Segura Graiño, Cristina.- "Beatriz Galindo, ejemplo de humanista laica", in Miscelánea Comillas, Vol. 69 (2011), núm. 134, pp. 293-304.


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12

Lope de Vega Carpio, Félix.- La Jerusalén conquistada, Madrid, Juan de la Cuesta, 1609, Canto XIX, pág. 486.
También en «El Laurel de Apolo con otras rimas»” (Madrid, Juan González, 1630,pág. 41) en la Silva Quinta, Lope de Vega dirá de ella:
«…Aquella Latina
Que apenas nuestra vista determina
Si fue mujer o inteligencia pura,
Docta con hermosura
Y santa en lo difícil de la corte.
¡Mas qué no hará quien tiene a Dios por norte!»
.
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13

De quien Lucio Marineo Sículo («Epistularum familiarum», Vallisoleti, Arnaldum Gulielmem Brocarium, 1515, en el Liber XV escribió:
«assi mesmo en Segovia vimos a Juana Contrera, nuestra discípula, de muy claro ingenio y singular erudición. La qual después me escribió cartas en latín elegantes y muy doctas».
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14

Lucio Marineo Sículo, ibíd.:
«En salamanca conoscimos a Lucía (Luisa) Medrana, doncella eloqüentísima. A la cual oymos, no solamente hablando como orador, más también leyendo y declarando en el Estudio de Salamanca libros latinos públicamente...»,
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15

 En Carta de 1514, de Lucio Marineo Sículo, a Lucia de Medrano, reproducida por Nicolás Antonio en su "Bibliotheca Hispana sive Hispanorum scriptorum qui ab anno MD ad MDCLXXXIV floruere notitia" [Madrid, Viuda y herederos de Joaquín de Ibarra, 1788, Tomo II, pág. 351], se nos dice de ella:

Clara e illustris et eloquentiae tuae fama magnus studiorum tuorum nomen priusquam te vidissem ad me pervenerat, puella doctissima. Postquam vero te coram cernere et ornatissimeloquentem audire mihi contigit, multo quidem doctior multoque pulchior visa es quam animo ante meo concipi potuisses. Admiratus quidem sum vehementer non solum doctrinam et eloquentiam tuam, sed etiam venustatem, formam, sexum et aetatem. Proptereaque una virguncula facie spectabilis viros omnes Hispanos eloquentiae linguae Romanae longe praestas. O felices parentes qui talem filiam genuere.
Debes tu quidem, clarissima puella, multum Deo optimo maximo, qui tibi magnum dedit ingenium; debes praterea plurimum parentibus, qui te non femonarum communibus officiis non corporis ingratis laboribus citoque perituris destinavere; sed liberalibus studiis praeclaris artibus et aeternae memoriae consecrarunt. Debent et illi tibi non parum quae eorum spem et opinionem tua virtute singulari, magnosque studio superasti. Debet etiam Hispania tota quam gloria tui nominis et eruditionis praestantia magnis laudibus illustras. Ego vero, puella dignissima, tantum tibi certe debeo quantum solvendo non sum. Per te siquidem non musas, non sybillas saeculis prioribus invideo; non pythias vates, non apud pythagoreos feminas philossophantes. Nunc itaque quod hactenus dubitabam facile credo Romae Lelii et Hortensii et in Sicilia Sthesicori filias et alias feminas eloquentissimas fuisse. Nunc demum cognosco mulieribus a natura non fuisse denegatum quod aetate nostra per te maxime comprobatur. Quae supra viros in litteris et eloquentia caput altius extulisti. Quae una in Hispania puella teneraque virgo non lanam sed librum, non fussum sed calamum, non acum sed stilum diligenter et studiose tractas.
[L. M. Siculus. Lib. XII Epistolarum, fol. 17v]
«La fama de tu elocuencia me hizo conocer tu gran saber de estudios antes de haberte visto nunca. Ahora, después de verte, me resulta aún más sabia y más bella de lo que pude imaginar, joven cultísima. Y después de oírte me ha causado gran admiración tu saber y tu ornada oratoria, sobre todo tratándose de una mujer llena de gracia y belleza, y en plena juventud. He aquí a una jovencita de bellísimo rostro que aventaja a todos los españoles en el dominio de la lengua romana. ¡Oh felices padres que engendraron tal hija!
Debes mucho, clarísima niña, a Dios omnipotente y bondadoso por tu inteligencia. Mucho debes agradecer a tus padres que no te dedicaron a los oficios comunes entre las mujeres, ni a los trabajos corporales, en sí tan ingratos por su caducidad, sino que a los estudios liberales te consagraron, que son elevados y de eterna duración. Y te deben ellos a ti no poco, que su esperanza y ambición con tu constancia y gran estudio superaste. Te debe España entera mucho, pues con las glorias de tu nombre y de tu erudición la ilustras. Yo también, niña dignísima, te soy deudor de algo que nunca te sabré pagar. Puesto que a las Musas, ni a las Sibilas, no envidio; ni a los Vates, ni a las Pitonisas. Ahora ya me es fácil creer lo que antes dudaba, que fueron muy elocuentes las hijas de Lelio y Hortensio, en Roma; las de Stesícoro, en Sicilia, y otras mujeres más. Ahora es cuando me he convencido de que a las mujeres, Natura no negó ingenio, pues en nuestro tiempo, a través de ti, puede ser comprobado, que en las letras y elocuencia has levantado bien alta la cabeza por encima de los hombres, que eres en España la única niña y tierna joven que trabajas con diligencia y aplicación no la lana sino el libro, no el huso sino la pluma, ni la aguja sino el estilo.
Adiós, y si en algo quieres utilizar mis servicios, estoy plenamente a tu disposición. Otra vez adiós, con el ruego de que a través de alguna carta de tu salud y de tu vida me hagas saber».

Traigamos a la memoria, que ya el «Diario o Cronicón» de Pedro de Torres, catedrático en Salamanca desde 1.504 y rector en 1.513, nos daba noticia de que «A.d. 1508 die 16 novembris hora tertia legit filia Medrano in Catedra Canonum» («el día 16 de noviembre de 1.508 a la hora tercia lee la hija de Medrano en la Cátedra de Cánones»).
Este hecho será mencionada por Lampillas también:

"No solamente cultivaron la lengua Romana las mugeres Españolas; llegaron tambien á ocupar Cátedras públicas de latinidad, y de eloqüencia, y á recitar oraciones Latinas con asombro de los mas cultos literatos. Este prodigio vio la Universidad de Salamanca en Luisa Medrano, maestra de humanidad en sus escuelas".
[Lampillas, Abate Xavier (trad. de Josefa Amar y Borbón). Ensayo Histórico-Apologético de la Literatura Española contra las opiniones preocupadas de algunos escritores modernos italianos. Madrid: Imprenta de Pedro Marín, 1789, Tomo IV, pág. 396.]

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16

Lucio Marineo Sículo, Ibíd.

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17

Así lo señaló Miguel de la Portilla y Esquivel en su «Historia de la ciudad de Compluto, vulgarmente, Alcala de Santiuste», Parte I, Alcalá de Henares, Joseph Espartosa, 1725.

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18

Lucio Maríneo Sículo, ibíd.

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19

Lucio Maríneo Sículo, ibíd.

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20

Luis Vives.- Instrucción de la mujer cristiana. Miguel de Eguía, 1529, Liber I, cap. 4.

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21

Baranda Leturio, Nieves.- «Desterradas del Parnaso. Examen de un monte que sólo admitió musas», in Bulletin Hispanique, Vol. 109-2 (2007), pp. 421-447.
Baranda Leturio, Nieves.- «Notas para un cancionerillo de poetas cortesanas del siglo X»VI», in Destiempos, Vol. 19 ("Mujeres en la literatura. Escritoras"), marzo-abril-2009, pp. 8 a 27.

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22

Vid.: Sánchez Carrión, F. J..- Floreto de anécdotas y noticias diversas. Maestre, 1948, pág. 203.

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23

«Los versos en latín de esta mujer única merecieron en los certámenes públicos de Sevilla y Alcalá el primer galardón de los jueces.... ¿Qué fuentes de poesía no destrozó de pronto la fortuna? ¿Hubo composiciones más bellas que las que murieron y fueron sepultadas con ella?»


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24

Miñano Sebastián de - Diccionario Geográfico-Estadístico de España y Portugal, Tomo I. Madrid, Pierat-Peratta, 1826, pág. 215.

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25

«El estudio de las humanidades formó parte integrante de la cultura femenil más aristocrática y exquisita; y en las cartas de Lucio Marineo, y en el Gynecaeum Hispanae Minervae, que compiló D. Nicolás Antonio, viven, juntamente con el nombre de La Latina, los de Doña Juana Contreras, Isabel de Vergara, Antonia de Nebrija, la Condesa de Monteagudo, Doña María Pacheco, Doña Mencía de Mendoza, marquesa de Zenete, y otras doctas hembras, de una de las cuales, por lo menos (Doña Lucía de Medrano), consta, por relación de Marineo, el cual habla como testigo ocular, que tuvo cátedra pública en la Universidad de Salamanca, dedicándose a la explanación de los clásicos latinos. Y no hay duda que el grado de educación de la mujer, cuando es verdadero cultivo del espíritu y no pedantesca ostentación, suele ser el indicio más seguro del punto de civilización alcanzado por un pueblo.»

Menéndez Pelayo, Marcelino.- «Antología de los poetas líricos castellanos. La poesía en la Edad media». Tomo III. In Edición nacional de las obras completas de Menéndez Pelayo. Vol. 19, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1944, pág. 35.

Pero sirvan estos dos ejemplos de mera enumeración, para hacernos una idea de cómo a lo largo de los siglos solo se ha dedicado la crítica a enunciar a estas mujeres y afrontarlas literariamente con meros clichés.

Fijémonos primero en el artículo citado en la «Ilustración XVI», dedicada al “Siglo literario de doña Isabel”, en sus páginas 411-412, de las Memorias de la Real Academia de la Historia (Tomo VI. Madrid. Imprenta de I. Sancha., 1.821):

«En ninguna otra época puede presentar España una lista tan considerable de mujeres doctas. La primera que ocurre es Doña Beatriz Galindo, natural de Salamanca, llamada comúnmente la Latina, a quien la reputación de instruida y virtuosa granjeó el honroso cargo de enseñar a la Reina Doña Isabel la lengua de la antigua Roma. Del mismo tiempo fue la poetisa Florencia Pinar, de quien quedan versos en el Cancionero. La ilustre segoviana Doña Juana de Contreras tuvo correspondencia epistolar con Lucio Marineo, como puede verse entre sus cartas. El mismo Marineo alabó con el mayor encarecimiento la erudición y elocuencia de Doña Lucía de Medrano, a quien conoció, según refiere, explicando públicamente los clásicos latinos en la universidad de Salamanca. En la de Alcalá Francisca de Lebrija, hija del maestro Antonio, sustituyó con aplauso a su padre en la cátedra de retórica. Isabel, hermana de los doctísimos Juan y Francisco Vergara, cultivo con fruto los idiomas griego y latino y otros ramos de literatura. Sobresalieron por su doctrina la condesa de Monteagudo y doña María Pacheco, hijas de D. Iñigo de Mendoza conde de Tendilla, nietas del célebre marqués de Santillana y hermanas de D. Diego Hurtado de Mendoza arriba citado, autor de la “Guerra de Granada” contra los moriscos. La última fue mujer del toledano Juan de Padilla y se dio a conocer por su carácter varonil y sus aventuras en tiempo de las comunidades. Su parienta Doña María de Mendoza, hija del primer marqués del Cenete, supo también letras griegas y latinas, y mereció los elogios de Alfonso de Matamoros y Luis Vives. Agréguese a éstas las dos Sigeas Luisa y Angela, Catalina de Paz, Cecilia Morillas y otras insignes españolas que, habiendo vivido a principios del siglo XVI, pueden y deben mirarse como alumnas y parte del literario de la Reina Doña Isabel».
Y ahora reparemos en esta otra enumeración de mujeres sabias desde la época de la reina Isabel la Católica, de Antonio Neira de Mosquera, en el “Semanario Pintoresco Español” (número 24, de 12 de junio de 1.853, pp. 188 -189) quien nos explicaba que
«..Doña Isabel la Católica, discípula aventajada de Beatriz Galindo, hace de la lengua de los sabios y prelados, de los escritores y diplomáticos, la lengua de los cortesanos. El estudio del latín precede al análisis del romance. Antonio de Nebrija dedica en 1.492 su “Gramática castellana” a las damas de la corte. La escuela compuesta de los vástagos de los principales caballeros para la educación del príncipe D. Juan establece una emulación científica y literaria entre los gentiles-hombres. El palacio real se asemeja a una universidad. Las damas sostienen con los caballeros disertaciones académicas, y dirigen a los sabios epístolas cicerónicas. Las aulas reciben respetuosas maestras eruditas, así como habían admitido alborozadas a los profesores cortesanos. Francisca de Nebrija sustituye a su padre en la cátedra de retórica y poética. Lucía Medrano esplica (sic) los clásicos latinos en la universidad de Salamanca. La infanta Doña Catalina, después reina de Inglaterra, escribe en latín “Las lágrimas del pecador” y “Meditación sobre los salmos”. Juana Contreras sostiene correspondencia latina con Marineso Sículo. Ana Cerbatón es maestra de lengua latina en Cataluña, y escribe una obra sobre los males ocasionados por los árabes a los españoles. Luisa Sigea, autora del poema “Sintra”, dirige a Paulo III una carta escrita en griego, árabe, hebreo, latín y siriaco. Ángela Sigea, hermana de la anterior, es perita en idiomas y sobresaliente en música. Gerónima Ribot se cuenta entre los discípulos del célebre Palmerino. Luisa de Padilla escribe las obras “Lágrimas de nobleza” y “Nobleza virtuosa”. Oliva Sabuco de Nantes Barrera, que el erudito padre Feijoo celebra como “una mujer discretísima”, aunque no ha faltado quien creyese que era el seudónimo de un nombre varonil, publica en 1.587 su célebre “Nueva filosofía de la naturaleza del hombre”, cuya primera edición, para el más cumplido elogio de su autor, se agota en un año. El amor y la gloria, agitadores perennes de la fantasía, obligan a cubrir con la sotana escolástica el cotillo mujeril. Feliciana Enríquez de Guzmán, autora de la tragicomedia “Jardines y campos sabeos”, estudia en la universidad de Sevilla disfrazada de hombre para perseguir a su amante D. Féliz. Hortensia de Castro, natural de Villaviciosa, pasa a Coimbra disfrazada de hombre, y en compañía de sus hermanos estudia la latinidad, retórica, filosofía y teología. Santa Teresa deposita su corazón en sus cartas, lo que equivale a decir un dulcísimo manjar para la meditación cristiana. El mundo científico admira la inspiración divina, y la universidad de Salamanca nombra doctora académica de este estudio general a la que ya era doctora mística de Ávila. Cecilia Morillas prefiere la enseñanza de sus hijos a la de los infantes de España, con cuyo cargo le brinda Felipe II: pedagogo femenino de gramática latina, retórica, filosofía, teología y música, muere en Valladolid en 1.581. Feliciana Morell es graduada de doctora en leyes en Aviñón, después de un examen riguroso. Juana Morella, natural de Barcelona, es teóloga y jurista a los diez y siete años. Isabel Joya, natural de Lérida, esplica (sic) públicamente en Roma algunos puntos de filosofía y teología. La poetisa Florencia Pinar lleva sus inspiraciones al romancero general, Isabel de Rosales, colocada en el número de los sutiles escolástistas, sostiene en Roma públicos certámenes. Ana de Castro Egas, Bernarda Ferreira de la Cerda, Cristobalina de Alarcón, y Mencía de Mendoza, alcanzan glorioso nombre en el estudio de las letras humanas, María de Zayas y Sotomayor, autora de novelas y comedias, alcanza una popularidad que justifica las diversas reimpresiones de sus obras desde 1.634 hasta 1.716. Luisa Manrique de Lara, condesa de Paredes, imprime en 1.658 el “Año Cristiano».

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